El proyecto Minka, donde es directora ejecutiva, nació de la idea de producir accesorios de mujer y objetos de decoración en base a desechos industriales. Para lograrlo, contactan a artesanas y dueñas de casa socialmente vulnerables, a quienes les ofrecen un espacio para trabajar en una sede en Estación Central. Andrea es arquitecta y dejó de lado su profesión para embarcarse en esta iniciativa. Ella, junto a un equipo profesional, se dedica al diseño de los productos, recolección de desechos y venta. Pero también a capacitar a las artesanas para que los produzcan. “Hoy trabajan alrededor de ocho personas en la cárcel y cinco en Estación Central. Hemos capacitado a más de 50 mujeres que han pasado por nuestros talleres”, dice. Actualmente se consolida en ventas online, difundiendo sus productos y asociándose con distribuidores.