A los seis años, Rafaela resaltaba entre sus pares por su estatura, y en la búsqueda de un instrumento, una profesora le recomendó que practicara con el violonchelo. Nunca antes había tocado uno, pero ese instrumento la llevó a ser la chilena más joven en pertenecer al prestigioso Conservatorio de Música Rueil-Malmaison, en Francia. Comenzó en la Corporación Cultural de Lo Barnechea, luego entró al Conservatorio y al Instituto de las Artes Superiores, ambas de la Universidad de Chile. Participó en el Festival de Música de Santa Catarina, en Brasil, y en el Festival Internacional de Piano y Música de Cámara, en Buenos Aires. También ganó el concurso Talentos jóvenes de Chile del Teatro Municipal. Pero fue en uno de sus viajes que una profesora de Francia le recomendó postular al conservatorio, donde entró en enero de 2019. “Cuando toco el chelo, hago lo que más me gusta, le pongo muchas ganas y energía, porque lo hago con pasión y constancia”, dice.