A los 4 años entró al Sename, donde vivió hasta los 12. Después escapó, vivió en la calle, consumió drogas, cometió delitos y otra vez volvió al Sename, al Centro Internación Provisoria y de Régimen Cerrado Las Gaviotas, en Valdivia. Pero hoy, con 22 años, dice que nadie esperó que terminara sus estudios escolares y que se titulará de Técnico en Construcción. En uno de sus ingresos al Sename, Henry cuenta que se unió, voluntariamente, a “La libertad de emprender: sueños en 3D”, un programa de ese servicio y la Fundación Prótesis 3D, que busca reintegrar a los jóvenes con problemas legales, a través de distintas profesiones. De a poco comenzó a desarrollar habilidades técnicas y sociales y destacó dentro del proyecto, hasta que el año pasado la Universidad Austral lo invitó a ingresar al LeüfuLab, un laboratorio que produce tecnología a nivel local y de manera sustentable. Allí se unió al equipo que construyó, a través de impresoras 3D, partes de los prototipos de ventiladores mecánicos para la pandemia y protectores faciales que ayudan a resguardar al personal médico del virus, que luego fueron entregados en distintos centros de salud de la Región de Los Ríos.