Son amigos de toda la vida, compa?eros de colegio, y son al mismo tiempo los empresarios culturales quizás más relevantes hoy: estos treinta?eros son los responsables de que Lolapallooza, el gigante e importante festival de música norteamericano, haya llegado a tierras chilenas. Esto trajo no sólo a bandas de renombre mundial, sino también atención: entre lo que The New York Times destacaba de Santiago como destino top, era tener el festival. Después de dos días de música, y un cierre con 35 mil personas, el festival fue un éxito. Los tres amigos, que hoy son socios en la productora Lotus, son un ejemplo de autogestión y empuje emprendedor: fueron ellos mismos, sue?os bajo el brazo, a reunirse con el creador del festival, Perry Farrell, y lograron convencerlo de traerlo al país. Habían comenzado organizando fiestas en 2005 y se han hecho varios eventos y conciertos masivos, pero esta haza?a fue su coronación y ya está lista la parrilla de artistas para el próximo a?o.