Empezó a pintar grafitis hace 10 años en las calles y, a raíz de esa experiencia, le surgió la curiosidad de experimentar en otras plataformas hasta ingresar a Artes Visuales en la Universidad de Chile, donde hoy estudia. Además forma parte de UNO KO, una empresa social impulsada por Alejandra Mustakis, Julio Antón, Macarena Cortés y la dirigente vecinal Melyna Montes. Consiste en una comunidad cooperativa entre vecinos y artistas de Bajos de Mena, -entre los que se cuentan grafiteros y tejedoras- que hoy venden productos como poleras y pañuelos, con diseños de Ivo y de otros artistas, a empresas como Wallmart y Falabella. En el grafiti, Ivo relata que encontró una facilidad de expresión y desarrollo, donde la pintura pasó de ser un medio de expresión a uno de investigación y autoconocimiento. “Ahora estoy trabajando con cierta conciencia del entorno y de mi persona, especializándome en obtener la capacidad para poder transmitirlo también en la pintura, para externalizar lo que pasa adentro”, dice.