En 2016, formó la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (Anjuff) para profesionalizar el deporte, luego que dos clubes deportivos cerraran sus ramas de fútbol femenino. Iona estaba indignada por el hecho de que nadie se hiciera cargo del fútbol femenino: la selección ya no trabajaba y había salido del ranking FIFA por inactividad. “Acá hay un tema, nos tratan distinto por ser mujeres”, dice. Como Anjuff ya han obtenido logros, como tener una mesa de trabajo con la ANFP, ser reconocidas por el Sindicato Internacional de Futbolistas Profesionales y por el Sindicato de Futbolistas Profesionales, y trabajar con los ministerios del Deporte y de la Mujer. “Son cosas básicas para competir y que no se tenían”, dice. La futbolista, quien ha jugado por Santiago Oriente, Universidad Católica y Audax Italiano, y estuvo en la selección entre 2007 y 2014, ahora estudia y juega en Estados Unidos gracias a una beca. “La idea es siempre estar ligada al fútbol, más ahora con la Anjuff, que para mí es una manera más dirigencial de estar conectada”.