Son los ídolos de moda, el nuevo fenómeno mediático. El periodista deportivo Aldo Schiapacasse los define como excepcionales: "González debe ser el ejemplo de superación más grande en el deporte chileno en los últimos tiempos. Antes apostaba sólo a la potencia de su golpe, pero con Horacio de la Peña desarrolló una capacidad táctica y una inteligencia dentro de la cancha abismante. En Atenas jamás perdió la brújula. En cuanto a Massú, es el ídolo que reemplazó a Zamorano en el corazón de los hinchas, es el gallo que llegó a punta de puro corazón. Lo suyo es perseverencia ciento por ciento, aprovechamiento de momentos claves y una empatía con la gallada que pocas veces se ha visto". El director de Adimark, Roberto Méndez, reflexiona sobre ellos: "Representan la posibilidad de cualquier joven chileno de alcanzar las más altas cumbres. Y hablo de personas de clase media, de cualquier hijo de vecino, que hoy sienten que pueden llegar a un nivel de excelencia mundial, si ponen el esfuerzo y el entusiasmo que ellos han demostrado. Massú y González simbolizan la movilidad social a través del éxito, una posibilidad que cualquier joven podría tener". En esto, claro, influye la actitud que ellos han mantenido, su naturalidad y sencillez, que los hace parecer muy cercanos al gran público. "La gente quiere ver triunfadores para aprender de ellos cuáles son los caminos, las posibilidades, los secretos de su historia de éxito. González y Massú conectan especialmente con una sociedad más abierta, donde cada uno puede avanzar según sus méritos añade Méndez."