Es diseñadora de vestuario y después de ganarse una beca en la Universidad de Westminster, Londres, para estudiar un MBA en Fashion Business, Antonia quiso volver a Chile a hacer un aporte al mundo de la moda. Así fundó –con la ayuda del sastre Atilio Andreoli y la diseñadora Magdalena Olazábal– el Laboratorio de Moda Colectiva, un espacio de coworking donde emprendedores y diseñadores pueden desarrollar sus ideas sin tener que invertir en las grandes maquinarias. “Si quieres hacer una marca o sacar una colección, tienes que invertir mucho, y obviamente al partir cuesta conseguir fondos”, dice. El Laboratorio comenzó en marzo con la marcha blanca. Hasta la fecha impulsan cerca de cuatro proyectos de moda al mes y 10 personas a la semana se instalan para trabajar en las dependencias.