Tiene el alma dividida entre su personaje en la reestrenada Cinema-Uttopia y su labor de dirigente gremial del Sidarte, cargo que la ha alentado para alzar la voz ante la cesantía de muchos de sus colegas. Fueron precisamente ellos quienes el año pasado le otorgaron el Premio Altazor como la mejor actriz de televisión. Pese a proyectar una imagen de fragilidad y de haber tenido que sucumbir ante la pantalla chica como todos sus colegas, se alza como una de las actrices de teatro más potentes del medio.