Vive en Nueva York, pero tiene la mente puesta en Chile. Titulada de la Universidad Católica, está terminando un master en ingeniería medioambiental en la Universidad de Columbia. Su objetivo: buscar nuevas fuentes de energía para nuestro país. Ha trabajado en distintos proyectos, pero su área predilecta es el estudio de la tecnología del Waste-To-Energy, una planta que transforma la basura en electricidad y que Estévez espera importar a Chile. En un proyecto preliminar, destinado al sector privado y publicado en una revista de ingeniería estadounidense, demostró que pese a requerir una inversión de 80 millones de dólares, el uso de una planta de ese tipo es rentable y beneficioso para el medioambiente. "Además de procesar la basura y resolver el problema de los rellenos sanitarios, genera electricidad, por lo que entrega dividendos por ambas partes", explica. Estévez trabaja actualmente en los últimos detalles del proyecto, usando tecnología GIS (sistemas de información geográficas) para encontrar un terreno adecuado para la planta en Santiago. Luego presentará el proyecto a la Comisión Nacional de Energía y a posibles inversionistas italianos y alemanes.