Abogada con un magíster en derecho de la Universidad de Lund en Suecia y estudios en el Colegio Interamericano de Defensa en Washington, llegó al Ministerio de Defensa el año pasado con una ambiciosa misión: la entonces ministra Michelle Bachelet le encargó que elaborara la política de participación de las mujeres en las Fuerzas Armadas. Hoy, gracias a su trabajo, Chile es el único país latinoamericano en incluir el tema de género en su política de defensa, con estándares de integración similares a los de Estados Unidos, Canadá o Inglaterra. Su tarea principal consistió en establecer criterios comunes para que las distintas ramas de las Fuerzas Armadas aseguraran igualdad de oportunidades sin discriminación de género. Hasta este año, cada una tenía un proceso propio. La nueva política se lanzó en marzo pasado y aún queda trabajo por delante, pero ya hay logros, como la ampliación del número de vacantes anuales para conscriptas de 300 a mil.