Cuando Pablo, urgenciólogo egresado de la Universidad del Desarrollo, asumió la jefatura de urgencia del Hospital Padre Hurtado, en febrero del año pasado, nunca imaginó que dos meses después, con la llegada del virus a Chile, todos sus planes cambiarían. Ya en el cargo, una de sus primeras medidas para enfrentar la pandemia fue reestructurar el sector de urgencias del hospital y separar espacios para pacientes con diagnósticos respiratorios y no respiratorios. Además, tuvo que liderar a todo el equipo del lugar, que sumaban más de 200 profesionales. El Hospital Padre Hurtado, en la comuna de San Ramón, también atiende a los habitantes de la La Pintana y La Granja. El año pasado, en la lucha contra la pandemia, Pablo recuerda que se enfrentó al lado más duro del virus: la gran cantidad de muertos, la falta de personal, turnos extras y el aumento de pacientes en el hospital, que asistió a gran parte del sector suroriente de la Región Metropolitana. “Pasamos de tener de 20 a 105 pacientes hospitalizados en urgencia, esperando una cama disponible. Sin embargo, la pandemia todavía no ha terminado, aún nos faltan otros desafíos por enfrentar, pero seguiremos acá, comprometidos en superarla y aportar desde nuestra área”, dice.