La diseñadora de la cárcel
En un par de meses instaló un estudio de diseño al interior de la cárcel Colina II, donde le enseñó a un grupo de internos a fabricar productos con todo tipo de materiales.
Montserrat Flores decidió utilizar su profesión, diseño gráfico, como una herramienta de cambio a dos problemáticas nacionales: el exceso de kilos de basura y la alta tasa de reos en las cárceles. Con Natalia Yáñez, compañera de universidad, pasó mañanas y tardes dentro de la cárcel por seis meses, para que creyeran en lo que estaban haciendo. Después de un año nació el Proyecto Importa y, con él, la venta de lo fabricado por los reclusos en los principales museos del país.
Hoy Montserrat es la directora de Proyecto Importa, donde trabajan 17 personas que implementan en penitenciarías clases de yoga, meditación, medicina, arte, leyes y psicología, entre otros. La organización es patrocinada por el Ministerio de Justicia, el Instituto Nacional de la Juventud, Fosis y Homecenter. Por su trabajo, Montserrat ha ganado premios como el IGrandPrix de la Municipalidad de Santiago, Remade in Chile en la Pontificia Universidad Católica, Capital Semilla Sercotec, Desafío Clave de Un Techo para Chile e Instituto Nacional de la Juventud, Fosis IDEA Negocios Inclusivos y varias menciones destacando su rol innovador. "Como diseñadora, la cárcel ha sido mi mejor escuela, donde he aprendido a transformar mis conocimientos y entender que no se trata del mundo del diseño, si no que de que diseñamos del mundo".