Fue quien trajo a Chile los revolucionarios Bancos del Tiempo, en los que cada persona inscrita "presta" horas de trabajo que recupera cuando necesita de la disciplina de otro. Por ejemplo, una peluquera dedica trabajo para el Banco del Tiempo y solicita un "reembolso" cuando requiere de un gásfiter. Es la gente quien hace que el banco funcione. El programa es pionero en Sudamérica; ya funciona en Pe?alolén, pero Dorfmann quiere expandirlo por todo el país.