Con las enzimas que Manuel produce con su empresa Kura Biotec, el FBI hace exámenes para cuantificar, por ejemplo, la cantidad de droga que tiene alguien en la sangre. Esas enzimas, además, las obtiene de una manera
que contribuye al medioambiente: a partir de los desechos de un molusco comestible, llamado abalón. Su producto es vendido a laboratorios de droga y policías de Estados Unidos, Canadá, Europa y Asía del Pacífico. “A fines del año pasado, desarrollamos enzimas también de otras fuentes, como bacterias modificadas genéticamente, a partir de las cuales lanzamos un producto que es similar al del abalón, pero aún más eficiente”, dice Manuel. Por el proyecto ganó el concursó Ají Challenge 2013, el Avonni Patagonia 2014, y este año fue elegido como uno de los Innovadores menores de 35 Chile 2016 de MIT Technology Review en español.