Su aporte a la gastronomía ha sido recuperar el verdadero sabor de los productos del mar chileno. En mayo abrió La Calma, restaurante en Nueva Costanera, en cuya carta ofrece solo preparaciones sobre la base de pescados y mariscos. “Hacemos una cocina muy simple, a la chilena, centrada en el insumo mismo. Lo presentamos lo más sencillo posible, ya que su calidad es el protagonista del plato”, dice. Además, trabaja con elementos que no suelen encontrarse con facilidad en otros restaurantes, como piure y chochas. Esto lo consigue gracias a su historial: por cinco años, desde que en 2012 creó La Caleta Chile (distribuidora de pescados y mariscos), Gabriel fue el proveedor de productos recién salidos del mar a restaurantes como Boragó, Ambrosía, Sarita Colonia y Naoki. Con ello creó una red de contacto con pescadores artesanales de zonas como San Antonio, Pichidangui y Los Vilos para conseguir productos recién salidos del agua. Hoy está enfocado cien por ciento en su restaurante.