Cuando, a principios de a?o, se subió al buque Esmeralda, se cumplía el sue?o de su vida: Fernanda de la Maza quería estar en la Marina desde que era chica, cuando las mujeres todavía no se abrían paso en las Fuerzas Armadas. Este a?o, las cosas habían cambiado, era una de las 28 chilenas parte de la primera generación mixta de la Escuela Naval, que se embarcaron seis meses en la Esmeralda, de igual a igual a los hombres. Fernanda viene de una familia de marinos, y cuando salió del colegio entró a la universidad, pensando que a largo plazo podría entrar a la Naval. Alcanzó a estudiar tres a?os, cuando en 2006 las mujeres fueron admitidas en la Escuela, y entró de inmediato. Ahora se encuentra haciendo cursos para el próximo a?o partir a Puerto Montt, al Departamento de Intereses Marítimos. Esta carrera en las Fuerzas Armadas la llena de orgullo: ella y sus compa?eras saben que están poniendo el hombro y abriendo puertas a todas las que vendrán después de ellas.