Es reconocido como uno de los mejores intérpretes de acordeón del país y recorre la Isla Grande de Chiloé para enseñarles a los niños a tocar el instrumento, como una manera de mostrarles el mundo desde la música. “Soy el ídolo de muchos niños y te ven distinto a los demás. Hay personas que me toman como un ejemplo. Si con esto puedo ayudarlos a que hagan las cosas porque les gusta, y mientras pueda darles alegría, lo voy a seguir haciendo”. Enrique lo dice porque nació con ceguera total y en segundo básico empezó a dominar el acordeón de forma autodidacta. “Siempre me gustó la música, desde pequeño. Soy de la isla de Caguach, parte del archipiélago de Chiloé, donde se realiza una fiesta religiosa muy importante, en la que se tocan acordeones, además de guitarras, y siempre me llamó la atención su sonido”. Su sueño es poder recorrer el país interpretando el acordeón.