Desde el Ministerio de Obras Públicas de la Novena Región, Eliseo Huenchu incorpora en los diseños arquitectónicos la cosmovisión mapuche. Ya convirtió en realidad la Aldea Intercultural de Curarrehue, un centro basado en conceptos espaciales de su pueblo. En obra está el centro comunitario de Lumaco, donde la biblioteca incorpora al fogón como centro de las actividades. Y tiene los planos listos de la escuela El Naranjo de Lonquimay. En los hospitales de Puerto Saavedra e Imperial ya hay un lugar para la medicina mapuche. Por eso las camas tienen su cabecera hacia el oriente, sinónimo de vida. Huenchu no nació en Temuco, sino en Santiago, donde sus únicos lazos con la cultura mapuche eran las historias que le contaba su padre. Recién egresado de arquitectura en la Universidad de Chile, en 1996 ganó la Bienal de arquitectura con un proyecto novedoso: el Instituto de Cultura Indígena, basado en el valor de la tierra y la naturaleza. Hoy reconoce su aporte: "En la medida en que existan elementos mapuches en la arquitectura va quedando plasmada la diversidad del país. Se genera una mayor tolerancia y el mundo no mapuche comienza a valorar el mundo mapuche".