El detector de virus

Hace dos meses terminó su doctorado en Ciencias Biológicas en la Universidad de Georgetown, ha publicado 13 artículos académicos, ganó una pasantía en el laboratorio de referencia de la Comunidad Europea en Dinamarca y es fundador y director de Aperiomics, una empresa que provee servicios de diagnóstico molecular de patógenos.

Esta entidad surgió luego de que Eduardo descubriera, junto a su tutor de tesis doctoral, Keith Crandall, que sus estudios podían ser utilizados para hacer un diagnóstico molecular de un virus en menos tiempo que los exámenes que ya existían y con un nivel de precisión mucho mayor. Ahora negocia un contrato con la Food and Drug Administration (FDA), de Estados Unidos, para asegurar que las donaciones de sangre almacenadas en bancos de sangre estén libres de virus conocidos y desconocidos.

Para armar Aperiomics, Eduardo y su tutor participaron en un Bootcamp de la National Science Foundation, el equivalente al Conicyt chileno, y se encargaron de juntar fondos. Hoy, la empresa que nació a principios de 2013, tiene clientes en EE.UU., Chile y Dinamarca.