Ingeniero civil eléctrico de la Universidad de Magallanes, en su memoria de tesis se adentró en los misterios de los glaciares y no salió más del tema, convirtiéndose en un experto de nivel internacional. Contratado por su universidad, y gracias a una beca alemana, cursa un doctorado en Hamburgo, donde elabora un sistema para medir los hielos antárticos. En dos años más volverá a Punta Arenas, con su señora y sus tres niños. "La verdad es que mi trabajo se puede hacer desde cualquier lugar del mundo. Además, Punta Arenas es clave por su cercanía respecto de los lugares que me interesa investigar". Reconoce, eso sí, que es difícil hacer investigación. "Pero una de las metas de la universidad es convertirse en un polo de desarrollo científico en ese ámbito, hay mucho entusiasmo y gente joven que quiere hacer cosas". A su regreso, le gustaría dedicarse por entero a la investigación. "Imagínate que aquí no hago más que eso, y me falta tiempo".