En julio llegó al número uno del ranking mundial de natación paralímpica y se convirtió en el primer chileno en ocupar ese puesto. A los 2 años le diagnosticaron el síndrome de Charcot–Marie– Tooth, una enfermedad degenerativa que debilita progresivamente la fuerza del cuerpo. Como aún no tenía síntomas, a los 7 comenzó a competir en natación. Su discapacidad avanzó y a los 15 quedó sin movilidad en sus piernas, por lo que dejó de nadar. Volvió a hacerlo como terapia hace cuatro años: “El deporte ayuda a que la enfermedad se retrase”, dice. Así representó a Chile en los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015 y en los Juegos Paralímpicos de Río 2016. En abril de este año ganó cuatro medallas de oro en el World Series de Sao Paulo y obtuvo tres récords panamericanos. En julio ganó otros cuatro oros en la competencia en Berlín y superó su propia marca, con lo cual escaló al número uno del ranking mundial. Recientemente compitió en el Mundial de Natación Paralímpica en México, en donde obtuvo tres medallas de bronce, las primeras para Chile en ese certamen.